El kart de competición es una experiencia que tiene que ver muy poco con el kart de alquiler.
La base es la misma: tu subes en un kart con 4 ruedas y un volante y pilotas lo más rápido que puedas. Pero el tipo de kart y sus prestaciones totalmente distintas hacen de una y otra experiencias distintas.
Comúnmente, se dice que el kart de alquiler es un kart de 4 tiempos, y el kart de competición uno de 2 tiempos por el tipo de motor que llevan montados los chasis. Estos dos motores, con mecánicas distintas ofrecen prestaciones diferentes. Si quieres más información técnica sobre el tema, te dejamos la entrada de wikipedia aquí.
Esas diferencias mecánicas hacen que las sensaciones que tiene el piloto sean absolutamente distintas en la pista. La agresividad y potencia de un motor de dos tiempos convierten la conducción en una montaña rusa de adrenalina. Las diferencias podemos dividirlas en 3:
Aceleración:
Si alguna vez has subido en un avión, seguro que has sentido esa sensación de potencia cuando el avión acelera y te tira contra el asiento, ¿verdad? Pues imagínate esa sensación multiplicada por 2, y teniendo que llevar el volante a la vez.
La primera vez que subes en un kart de competición y aceleras y sube de vueltas la sensación es de que se acaba el mundo. La primera vez tienes la sensación de que las tripas se te han pegado a la espalda y que vas a ser incapaz de controlar esa bestia nunca. Sin embargo, poco a poco y guiado por profesionales, puedes llegar a domarla y ser la o el piloto más rápid@ de la pista.
Frenada:
Otra particularidad de estos karts es la frenada. Los frenos de competición son un componente mecánico que te ayuda a controlar el coche al final de cada recta. El poco peso del kart, junto con el agarre de unos buenos neumáticos de competición y los frenos consiguen detener el coche por completo en muy pocos metros. Eso te da seguridad para poder apurar en cada curva al máximo.
Agarre:
¿Sabes esa sensación de girar el volante con tu coche de forma un poco brusca y notar como la suspensión actúa y que estás a punto de volcar? Eso en un kart no existe. A no ser que el kart tropiece con algo que le haga levantar alguna rueda, los karts no vuelcan. Si a eso le sumas la posición a unos milímetros del suelo, puedes estar seguro que girar con un kart es totalmente estable.
Gracias a esto, cuando llega una curva, puedes meter sin miedo el volante sabiendo que el kart te va a mantener pegado al suelo y tu trazada puede ser perfecta.
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